El té de menta es una de las bebidas más buscadas por los amantes de las hierbas tradicionales. Los efectos que tiene en el organismo, aunado a su sabor, olor y frescura, sin dudas, deleita a muchos. A continuación, descubre cómo hacer un buen té de menta y aprovecha al máximo los asombrosos beneficios que proporciona a la salud.
Preparación del té de menta
La menta es una planta con propiedades medicinales y gastronómicas. Aunque se desconoce su origen, las bebidas a base de esta hierba se encuentran muy extendidas a nivel mundial. Para preparar un buen té, es necesario contar con un manojo de la planta fresca y llevar a la práctica los siguientes pasos:
- Lavar muy bien las hojas de menta, aproximadamente 4 gramos de planta por cada taza de té.
- Poner a hervir agua según la cantidad a preparar.
- Una vez que haya hervido, apagar el fuego y añadir las hojas de menta.
- Tapar y dejar reposar por 5 minutos.
- Endulzar al gusto con edulcorante, azúcar o miel.
- Colar y servir. Se puede consumir caliente, tibia o fría.
Se puede combinar con jengibre, limón, poleo y otras plantas que ayudan a potenciar su delicioso sabor y efectos. Lo mejor de todo, es posible tomarla a cualquier hora del día.
Beneficios de la menta
Disfrutar de un buen té de menta es una experiencia agradable. Sin embargo, lo que realmente impresiona son los beneficios que aporta, entre ellos se destacan:
- Es digestivo, reduce los gases, incrementa el flujo de la bilis y relaja los músculos del estómago.
- Funciona como descongestionantes de las vías respiratorias en personas con sinusitis o resfriado.
- Es un sedante natural que ayuda a relajar el cuerpo después de un largo día de trabajo.
En resumen, un buen té de menta es la opción natural a una bebida cargada de nutrientes y sabor. Pruébalo y disfruta de todas sus propiedades.